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Por una economía mundial más sólida, más limpia, más justa

 

Seminario de Perspectivas Económicas 2010
Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM)

 

Palabras de Ángel Gurría,
Secretario General de la OCDE

 

México, 8 de enero de 2010

 
Señoras y Señores:

La mayor crisis económica y financiera de nuestras vidas, nos obliga a revisar conceptos y teorías, a exponer y debatir las razones, los impactos, las estrategias de salida y las posibilidades de construir un crecimiento económico más fuerte, más limpio y más justo.

Perspectivas económicas de los países de la OCDE


Primero las buenas noticias. Ya se ha iniciado la recuperación y  tanto los  países de la OCDE como las grandes economías emergentes registran  crecimiento positivo. Las condiciones en los mercados financieros continúan normalizándose lentamente y el comercio mundial da muestras de recuperación. Según las Perspectivas Económicas de la OCDE, el crecimiento del PIB real promedio ha sido positivo en los dos últimos trimestres de 2009. No obstante, las cifras globales para 2009 son dispares. Las economías de la OCDE se contraerán un 3,5%. El crecimiento, aunque será de signo positivo, continuará siendo modesto en 2010 y 2011, al situarse en el 1,9% y el 2,5%, respectivamente.

Una coordinación sin precedentes de medidas  monetarias, financieras y fiscales, incluidos grandes y excepcionales paquetes de estímulos a base de gasto público nos han ayudado a regresar del borde del abismo.  Por otro lado, los mercados emergentes se han convertido en un importante motor del crecimiento .La  respuesta a la crisis y la demanda sostenida,  especialmente en China y la India, están desempeñando  un papel clave para ayudar a sacar de la recesión a  economía mundial.

No obstante, todavía no estamos libres de problemas. El crecimiento de los países de la OCDE  será modesto durante varios años. El sistema financiero internacional aún padece los efectos de la falta de confianza. Los flujos globales de crédito, comercio, inversión y turismo tardarán en recuperarse. Nuestros últimos análisis muestran que, dada la magnitud de   la crisis  podemos esperar una reducción del potencial de crecimiento, dado el previsible aumento en el costo de capital y de las tasas de desempleo estructural.

En efecto, las tasas de desempleo aún se encuentran en máximos históricos y seguirán creciendo en muchos países antes de revertirse.  En la zona de la OCDE, se perdieron más de 16 millones de empleos entre  fines de 2007 y el final de 2009 y continuarán desapareciendo empleos hasta bien entrado 2010 . El desempleo promedio en la OCDE superará el 9% antes de que comience a disminuir.

Otra preocupación es el deterioro de las posiciones fiscales de los gobiernos, y la perspectiva de que sigan en terreno fuertemente deficitario en los próximos años. En 2011, la deuda bruta de los países de la OCDE  podría llegar a superar el 100% del PIB, en promedio. Los responsables  ya están elaborando sus estrategias de salida, indicando a los mercados cómo eliminarán las medidas excepcionales y cómo lograrán reducir los déficits fiscales y “normalizar” las finanzas públicas.

El calendario de aplicación de estas estrategias de salida varía de un país a otro, pero una cosa es cierta en todos los casos: será necesario que el sector privado sea el principal motor del crecimiento en los próximos años y los gobiernos tendrán que crear condiciones favorables para que las empresas privadas inviertan y contraten. Los gobiernos tardarán un buen rato en digerir los efectos fiscales de la crisis.


Las perspectivas macroeconómicas de México


Pasaré ahora a hablar de México. Permítanme empezar también por las buenas noticias. La economía mexicana está mostrando señales de recuperación después de haber sufrido intensamente los efectos de la recesión mundial. El PIB real aumentó un 12% durante el tercer trimestre (en una comparación trimestral y a tasas anualizadas), lo que es señal de  renovada vitalidad.

Sin embargo, debemos ser cautos. Tras la crisis financiera de 1994, la recuperación también fue considerable en un principio para desacelerarse significativamente más adelante. En efecto, las exportaciones no petroleras siguen siendo 10,9% inferiores a las del año pasado. Igualmente, habría que considerar que el repunte reciente se debió en buena parte a la eliminación de factores temporales que frenaron la actividad económica durante el segundo trimestre, tales como el brote de influenza AH1N1 y a otros que la impulsaron durante el tercer trimestre, como el éxito del programa de venta de autos usados en Estados Unidos (llamado "cash for clunkers" [dinero por carcachas]), que tuvo un efecto positivo en las fábricas de automóviles ubicadas en México.

Si consideramos la información más actualizada, el  desempeño de la economía para el total de 2009 será mejor al previsto apenas en noviembre pasado. No obstante, es probable que varios factores  incidan sobre el crecimiento futuro.  Por un lado, la  persistente inflación que limita el margen de maniobra de la política monetaria. En segundo lugar, la alta tasa de desempleo y la poca confianza del consumidor. Y, en tercer lugar, el inicio de la necesaria  consolidación de la posición fiscal.

La respuesta del Gobierno a la crisis ha sido, grosso modo, adecuada. Las medidas como los subsidios al empleo temporal, el gasto en infraestructura, el apoyo al ingreso  de los más pobres y los subsidios para la pequeña y mediana empresa, han sido en todos los casos oportunos, temporales y específicos, con un efecto potencialmente importante en la demanda. Aunque ulteriores estímulos fiscales podrían haber ayudado a acelerar la recuperación en 2010, el Gobierno ha sido prudente y  decidió dejar que opere el estabilizador automático , a la vez que compensar la caída de los ingresos causada por la disminución de la producción de petróleo.

De ahí que el Presupuesto para 2010 comprenda medidas de reducción del déficit fiscal, sumados a recortes del gasto  que crearon espacio para aumentar las transferencias  a los más pobres. Las medidas de reducción del déficit se justifican para garantizar la sostenibilidad fiscal de largo plazo. México actúa acertadamente al aplicar una política fiscal prudente. Esta política es aun más válida  cuando se piensa en los recientes problemas a que se han enfrentado algunos deudores soberanos como  Irlanda, Dubai y Grecia.

Pero la consolidación fiscal de México en el mediano y largo plazos depende también de la reducción del componente petrolero en los ingresos del gobierno. La capacidad de maniobra fiscal de México se enfrenta a riesgos en función de las oscilaciones de los ingresos petroleros. Es hora de preparar las finanzas públicas para un futuro próximo en el que el petróleo jugará un papel cada vez menos relevante en la economía mexicana. De acuerdo con las previsiones de Pemex, solamente quedan entre 8 y 9 años de reservas petroleras a las tasas de producción actuales. Antes teníamos el lujo de escoger entre depender del petróleo o promover una reforma fiscal moderna integral, competitiva, que dotara al Estado Mexicano de recursos suficientes, estables y predecibles. Escogimos mal una y otra vez. Nos fuimos por la salida fácil. Hoy ya no tenemos ese lujo. Hoy la puesta al día de nuestro esquema impositivo no es opcional. Es inaplazable.

La eliminación de los subsidios al consumo de gasolina y de energía en general, es otra medida urgente para la consolidación fiscal del país.  Los recursos dedicados a los subsidios al  consumo de energía benefician sobre todo a los estratos de más altos ingresos. Este tipo de subsidios crea distorsiones en el comportamiento económico y además es perjudicial para el medio ambiente. En un momento en que México  jugará un papel central como anfitrión y facilitador de las negociaciones sobre cambio climático en 2010,  la  eliminación de los subsidios a la energía, constituiría una  clara y positiva señal, tanto en el terreno fiscal como en el de medio ambiente. Se liberarían además recursos cuantiosos para canalizarlos a los verdaderamente vulnerables.

La OCDE apoya los esfuerzos del Gobierno en materia presupuestal y de reforma fiscal.  Ayer por la mañana presenté un Estudio del Proceso Presupuestario de México al Presidente Calderón y al Secretario Cordero, con  recomendaciones pormenorizadas.

Permítanme referirme brevemente a la política monetaria. El Banco Central recortó las tasas  375 puntos base desde principios de 2009, dejándola en el 4,5%. Desde abril pasado la inflación ha descendido. Ayer se anunció la buena noticia de que la inflación de 2009 fue 3.57, una de las más bajas de los últimos años. Sin embargo, la previsión del Banco Central de  un repunte de la inflación en 2010 deja poco margen para realizar más recortes de las tasas de interés.

Es fundamental  continuar acercando las expectativas en materia de inflación al objetivo de la política monetaria .Lograr este propósito seguramente será una meta estratégica para el Banco Central. En este contexto, la OCDE ha recomendado reiteradamente la eliminación de obstáculos a la competencia en los mercados de productos, en particular en las industrias de redes. Liberar las fuerzas del mercado y promover la competencia no sólo sería adecuado para alentar la innovación y el crecimiento económico general, sino que también ayudaría a reducir las presiones  Inflacionarias.


Cambiar la coyuntura para una recuperación sólida, limpia y justa en México


Como señalé hace unos momentos, el margen de maniobra en el ámbito macroeconómico es limitado. Sin embargo, la crisis brinda una oportunidad única para abordar las reformas pendientes en sectores clave como la educación, la sanidad, la política fiscal, las finanzas, el empleo, la competencia, el gobierno de las empresas y el fortalecimiento del Estado de derecho. La urgencia del momento no debe distraer nuestra atención de los desafíos estructurales de largo plazo. La sustentabilidad fiscal y la sustentabilidad medioambiental deben ser ambas piedras de toque de la creación de un futuro digno para las nuevas generaciones. Pero en países como Mexico, todavía hay millones de familias a quienes hay que ayudar para que puedan beneficiarse del inevitable proceso de globalización.

Está a prueba la capacidad de los Estados para enfrentar problemas inmediatos como el desempleo, avanzar hacia la consolidación fiscal y al mismo tiempo plantear las bases de un desarrollo futuro basado en la innovación y el crecimiento verde.

Permítanme centrar las observaciones finales de mi intervención en la tercera de estas prioridades estratégicas. Nuestro crecimiento económico en las décadas venideras ha de ser inteligente y limpio. Con el término “inteligente” me refiero a un crecimiento basado en la innovación, elemento clave para la diversificación, la  productividad y el crecimiento.

Pero, ¿cómo lograrlo?, se preguntarán, si los presupuestos son limitados, los bancos no conceden créditos y las ventas aún no se han recuperado completamente. Ayer dimos a conocer nuestro estudio sobre la innovación en México, con recomendaciones detalladas. Estamos trabajando con ahínco para presentar  una serie de recomendaciones que impulsen la innovación a nivel global.

Esto me lleva al segundo de los nuevos retos. Necesitamos nuevos modelos de crecimiento que  tengan en cuenta que los aspectos medioambientales pueden  tener excelente viabilidad y convertirse en un motor  de crecimiento y  empleo.

 Ello requerirá canalizar cuidadosamente los limitados fondos públicos disponibles y acompañarlos del  marco de política adecuado para  atraer financiamiento privado.

Las economías emergentes que hoy están a la vanguardia de la recuperación económica mundial, también pueden  convertirse en líderes en la lucha por el medio ambiente. México, con su función clave en 2010 en el proceso negociador de un acuerdo para luchar contra el cambio climático y su compromiso en  favor del desarrollo de nuevas energías renovables, ya está avanzando por este camino.

Termino dirigiéndome a ustedes, jóvenes privilegiados, educados, informados, a quienes les tocará  juzgarnos y recoger los frutos –o los costos- de nuestras decisiones de hoy. Los invito a que en su carácter de ciudadanos privilegiados, educados, informados y críticos, exijan competencia y transparencia a autoridades, partidos políticos, empresarios, sindicatos, medios y organizaciones de la sociedad civil para que ese juicio que inevitablemente harán tras el inexorable cambio generacional, sea más benévolo.


Muchas gracias.


Comentarios de Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE ante los líderes de la reunión del G-20 en Corea: Evaluación de los temas clave para 2010. Nuevas fuentes de crecimiento sostenible y equilibrado. Seúl, 17 de noviembre de 2009. véase:  http://www.oecd.org/document/18/0,3343,en_2649_37443_44080146_1_1_1_1,00.html
  OECD, Economic Outlook No.86, p.5. See:

 

 

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