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Cambio climático: ¡sí se puede!

 

Artículo por Angel Gurría Secretario General de la OCDE
08 Diciembre 2010

 

No podemos darnos el lujo de demorar la acción sobre el cambio climático. Los países tienen que actuar y la reunión en Cancún es una oportunidad para ser ambiciosos. También proporciona el impulso para superar los obstáculos políticos internos y llegar a un acuerdo sobre un marco multilateral común con compromisos específicos.

 

De hecho, se pueden superar las cuestiones de financiación. Las investigaciones de la OCDE sugieren que si los países industrializados utilizan una subasta de permisos negociables o impuestos al carbono para lograr las reducciones de emisiones que se anunciaron en el Acuerdo de Copenhague, podrían aumentar hasta un 1% su PIB, o $400 mil millones de dólares, en 2020. 

 

Una pequeña parte de esa cantidad sería una importante contribución a la financiación que se necesita para luchar contra el cambio climático. Enfoques eficaces para reducir emisiones costarían apenas una fracción de un punto porcentual del PIB al año y ofrecerían buenos rendimientos –nuevas oportunidades para inversión, innovación, aumento de la eficiencia, y mercados–. Estas oportunidades ofrecen una situación de gane para las economías avanzadas, emergentes y en desarrollo.

 

Los países en desarrollo serán los más afectados por el cambio climático y son los menos capaces de pagar la cuenta. Por ello, los países ricos acordaron en la cumbre de Copenhague proporcionar recursos nuevos y adicionales –$ 30 mil millones de dólares durante el periodo  2010-2012 y una meta para aumentar 100 mil millones por año para el 2020 provenientes de recursos públicos y privados–.


La financiación pública puede poner en marcha el motor, pero la inversión privada en infraestructura y soluciones bajas en carbono será fundamental para que siga funcionando. Esto no necesariamente significa una nueva financiación, sino cambios en los patrones de inversión privada, es decir, de inversiones “sucias” a “limpias”. Las empresas líderes ya están adoptando estrategias verdes. Al utilizar menos energía, Dow Chemical, ahorró 4 mil millones de dólares en 11 años, mientras que DuPont ahorró 3 mil millones en 15 años. Es un buen negocio volverse verde y puede ayudarles a ser más competitivos. Sin embargo, los gobiernos deben dar al sector privado nuevos incentivos de largo plazo para invertir en infraestructura y tecnologías bajas en carbono. Sin políticas claras, existe un peligro real  de “reversión” de las empresas que están al frente.


Los instrumentos basados en los mercados para establecer el precio al carbono pueden ayudar a contener los costos, fomentar la innovación y aumentar los ingresos. Nuestros estudios muestran que los mercados de carbono y los impuestos pueden desempeñar un papel clave en los esfuerzos por obtener todos los beneficios políticos en materia económica y ambiental. Un evidente primer paso es reducir los subsidios que actualmente ayudan a la producción y consumo de combustibles fósiles. Esto tendría un doble  impacto positivo – ayudaría a los países a cumplir sus objetivos tanto climáticos como de desarrollo–.

 

Los subsidios al consumo de combustibles  fósiles en economías en desarrollo y emergentes tienen un costo estimado de más de 300 mil millones al año. Eso es mucho dinero y la mayor parte esta destinada a subsidiar la gasolina de la gente rica y las cuentas de electricidad, en lugar de las necesidades de los pobres. El análisis de la OCDE muestra que la eliminación de estos subsidios liberaría los preciados fondos de gobierno, incrementaría la eficacia económica y reduciría  las emisiones de gas de efecto invernadero en un 10% para el año 2050. Los líderes del G-20 han hecho de esta situación de gane una prioridad.

 

Más allá de encontrar la fuente de financiación, tenemos que rastrear los fondos de una manera transparente y coherente, y garantizar que los países receptores tienen la capacidad de utilizarla de manera eficaz. Durante casi una década, la OCDE ha hecho un seguimiento de donantes en materia de financiación para el cambio climático y ahora esperamos también una financiación para la adaptación. En 2008, estimamos que los flujos bilaterales para el cambio climático ascendieron a 8.7 mil millones. Ahora estamos trabajando para establecer sistemas para el seguimiento de la futura inversión extranjera directa baja en carbono.

 

En resumen, el Verde y el Crecimiento pueden y deben ir de la mano, pero tenemos que poner las políticas correctas en su lugar. La OCDE está trabajando para ayudar  a los países a conciliar la lucha contra el cambio climático con el fortalecimiento de la economía y la creación de empleos.

 

 

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