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Los países deben fortalecer sus sistemas de pensiones para adaptarse a los cambios del entorno laboral

 

OCDE – París, 27 de noviembre de 2019

Los gobiernos deben reformar urgentemente sus sistemas de pensiones para garantizar que la creciente proporción de trabajadores que tienen empleos temporales o a tiempo parcial puedan cotizar lo suficiente durante sus vidas laborales para percibir unas rentas adecuadas durante la jubilación, según indica un nuevo informe de la OCDE.

El informe Panorama de las Pensiones 2019 indica que las formas atípicas de empleo – como el trabajo por cuenta propia, el trabajo temporal o a tiempo parcial – representan actualmente más de un tercio del empleo total en los países de la OCDE. Los trabajos a tiempo parcial son tres veces más frecuentes en las mujeres que en los hombres mientras que el trabajo por cuenta propia es especialmente habitual en los trabajadores de mayor edad.

 

"Los gobiernos deben establecer rápidamente unas pensiones más inclusivas y armonizadas para todos", ha afirmado el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría. "Es fundamental reformar las políticas de las pensiones en los países de la OCDE para reducir las diferencias entre los trabajadores con empleos estándares y los trabajadores con empleos atípicos en materia de cobertura, cotizaciones y derechos".

Los trabajadores con modalidades atípicas de empleo suelen tener ingresos más bajos, a menudo contribuyen menos a las pensiones vinculadas a los ingresos y no pueden cotizar a los regímenes profesionales. Suponiendo que un trabajador por cuenta propia de la OCDE cotizara durante toda su carrera profesional, este terminaría, por término medio, con cerca del 80% de las prestaciones por pensiones que tendrían los empleados dependientes de los sistemas obligatorios.

Los países deben centrarse en crear pensiones más inclusivas y armonizadas para todos, en lugar de adoptar cambios radicales en el diseño y el financiamiento de las pensiones. El acceso a los planes de pensiones personales no debe discriminar a los distintos tipos de trabajadores, por ejemplo, al tiempo que las personas deben poder transferir más fácilmente sus derechos y activos por pensiones al cambiar de empleo.

 

Envejecimiento de la poblacion

 

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El informe también advierte del riesgo cada vez mayor de que los países no lleven a cabo las reformas recientemente adoptadas, a pesar de la aceleración del envejecimiento de la población en los países de la OCDE.

En los últimos 40 años, el número de personas mayores de 65 años por cada 100 personas en edad de trabajar (20-64 años) ha pasado de 20 a 31. Para el año 2060, es probable que esta cifra casi se haya duplicado hasta llegar a 58. Se prevé que el envejecimiento sea especialmente rápido en Grecia, Corea, Polonia, Portugal, la República Eslovaca, Eslovenia y España, mientras que Japón e Italia se mantendrán entre los países con una población más envejecida.

En los últimos dos años, la mayoría de las reformas de las pensiones se han centrado en flexibilizar los requisitos de edad para percibir una pensión, en aumentar las prestaciones por pensiones o en ampliar la cobertura de las mismas. De este modo, se ha añadido una presión a largo plazo aún mayor sobre la sostenibilidad financiera de muchos sistemas de pensiones. Según el informe, retroceder en las reformas que abordan las necesidades a largo plazo puede hacer que los sistemas de pensiones tengan una menor resiliencia a las tensiones económicas en el futuro y que no estén preparados para hacer frente al envejecimiento de la población.

Otras de las conclusiones importantes del informe son las siguientes:

En países como Estonia y Corea, las personas mayores de 65 años perciben actualmente menos del 70% de la renta media disponible en el conjunto de la economía, mientras que en países como Israel, Francia y Luxemburgo, perciben una renta superior al 100%. En promedio, en la OCDE, los mayores de 65 años perciben el 87% de la renta de la población total.

En la OCDE, la tasa media de pobreza relativa de las personas mayores de 65 años es ligeramente superior a la del conjunto de la población (13,5% frente a 11,8%). La tasa de pobreza en la tercera edad es inferior al 4% en Dinamarca, Francia, Islandia y los Países Bajos, mientras que en Australia, Estonia, Corea, Letonia, Lituania, México y Estados Unidos es superior al 20%.

En 2018, la edad normal de jubilación para los varones era de 51 años en Turquía, mientras que en Islandia, Italia y Noruega era de 67 años tanto en el caso de los hombres como de las mujeres. Dada la legislación actual, la edad normal de jubilación oscilará en el futuro entre los 62 años en Grecia, Luxemburgo, Eslovenia y Turquía y los 71 años o más en Dinamarca, Estonia, Italia y los Países Bajos.

La proporción de la vida adulta dedicada a la jubilación sigue aumentando en la gran mayoría de los países de la OCDE. Se prevé que el grupo de población que se incorpore hoy al mercado de trabajo pase el 33,6% de su vida adulta en la jubilación, frente al 32,0% del grupo de población que se jubile en la actualidad (por término medio).

Para más información, los periodistas pueden ponerse en contacto con la División de Medios de la OCDE (tel. + 33 1 45 24 97 00).

 

La OCDE es un foro de política global que colabora con más de 100 países y promueve políticas para mejorar el bienestar económico y social de las personas en todo el mundo.

 

 

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