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Salle de presse

Gran incertidumbre en las perspectivas de empleo por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, según la OCDE

 

09/09/2022 - Los mercados laborales de los países de la OCDE se han recuperado con fuerza tras la pandemia de COVID-19, pero las perspectivas mundiales de empleo son ahora muy inciertas, según un nuevo informe de la OCDE.

La guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha provocado un descenso del crecimiento mundial y un aumento de la inflación, con repercusiones negativas en la inversión empresarial y el consumo privado.

El informe Perspectivas del Empleo de la OCDE 2022 afirma que, si bien los mercados laborales se mantienen contraídos en la mayoría de países de la OCDE, el descenso del crecimiento mundial implica que el crecimiento del empleo probablemente también se ralentice, al tiempo que las fuertes subidas de los precios de la energía y las materias primas están generando una crisis en el coste de la vida.

Desde abril de 2020 —el momento más bajo de la pandemia— los países de la OCDE han creado unos 66 millones de puestos de trabajo, 9 millones más de los que se destruyeron en pocos meses al inicio de la pandemia.

La tasa de desempleo de la OCDE se estabilizó en el 4,9% en julio de 2022, esto es, 0,4 puntos por debajo del nivel anterior a la pandemia registrado en febrero de 2020, alcanzando así su nivel más bajo desde el inicio de la serie en 2001.

El número de trabajadores desempleados en la OCDE siguió descendiendo en julio y alcanzó los 33,0 millones, es decir, 2,4 millones menos que antes de la pandemia.

Sin embargo, si se observan los países por separado, la tasa de desempleo de julio siguió siendo más alta que antes de la pandemia en una quinta parte de los países de la OCDE. Asimismo, en varios países, las tasas de empleo y de participación de la fuerza laboral siguen estando por debajo de los niveles anteriores a la crisis. Además, el empleo crece con más fuerza en los sectores de servicios de alta remuneración, mientras que se mantiene por debajo de los niveles previos a la pandemia en muchos sectores de baja remuneración e intensivos en contacto.

«El aumento de los precios de los alimentos y de la energía se está cobrando un alto precio, en particular en los hogares con bajos ingresos», ha afirmado el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. «A pesar de la escasez generalizada de mano de obra, el crecimiento de los salarios reales no aumenta al mismo ritmo que las elevadas tasas de inflación. En este contexto, los Gobiernos deben valorar la adopción de medidas de apoyo temporales, sujetas a una comprobación de recursos y debidamente enfocadas. De este modo, ayudarían a amortiguar el impacto en los hogares y empresas más necesitados, limitando a la vez los efectos de la inflación y el coste fiscal de estas políticas», ha afirmado.

El endurecimiento de las condiciones del mercado laboral hace que las empresas de la OCDE se enfrenten a una escasez de mano de obra sin precedentes. En la Unión Europea, casi tres de cada diez empresas del sector manufacturero y de servicios han sufrido recortes en la producción durante el segundo trimestre de 2022 debido a la falta de mano de obra.

Los salarios nominales no aumentan al fuerte ritmo al que lo hace la inflación. Se prevé que el valor real de los salarios siga descendiendo durante 2022, al tiempo que la inflación seguirá previsiblemente en tasas elevadas y, en general, muy por encima de los niveles previstos en los correspondientes convenios colectivos suscritos para 2022. Esta crisis en el coste de la vida está afectando de forma desproporcionada a los hogares con menores ingresos. Estos hogares se ven obligados a dedicar una parte de sus ingresos mucho mayor que otros colectivos a la energía y la alimentación, al tiempo que ya eran el segmento de población más rezagado en la recuperación del empleo tras la pandemia de COVID-19.

En tales circunstancias, resulta esencial respaldar los salarios reales de los trabajadores que tienen remuneraciones más bajas, según indica el informe. Los Gobiernos deben estudiar fórmulas para ajustar los salarios mínimos oficiales y mantener de forma efectiva el poder adquisitivo de los trabajadores que tienen sueldos bajos. La implantación de transferencias sociales, con carácter temporal, sujetas a una comprobación de recursos y enfocadas a las personas más afectadas por las subidas de los precios de la energía y los alimentos también respaldaría los niveles de vida de los más vulnerables.

En las circunstancias actuales, es fundamental que se entable un debate activo en torno a los salarios entre Gobiernos, trabajadores y empresas, dado de ninguno de ellos puede absorber por sí solo el coste asociado a la subida de los precios de la energía y de los productos básicos. Para ello, será necesario dar un nuevo impulso a la negociación colectiva, al tiempo que se reequilibra el poder de negociación entre empresarios y trabajadores y se permite a los empleados negociar su salario en igualdad de condiciones.

Los países deben redoblar sus esfuerzos para volver a conectar a las personas poco cualificadas y otros grupos vulnerables con los puestos de trabajo disponibles. Cerca de dos tercios de los países de la OCDE han aumentado su presupuesto para los servicios públicos de empleo desde el inicio de la crisis de la COVID-19. Sin embargo, no basta con aumentar la financiación: los servicios de empleo y formación deben ser completos, eficaces e integrales para llegar a los empleadores y a los solicitantes de empleo.

La mejora de la calidad de los empleos de primera línea debe ser una prioridad urgente para los Gobiernos. Más de la mitad de los países de la OCDE han asignado compensaciones extraordinarias a los trabajadores del sector de los cuidados de larga duración por los esfuerzos adicionales acometidos durante la pandemia. Sin embargo, menos del 30% de los países han aumentado los sueldos de manera sostenida.

Para más información o para solicitar una entrevista, los periodistas pueden ponerse en contacto con Spencer Wilson, de la División de Medios de la OCDE (tel. + 33 1 45 24 81 18).

 

La OCDE es un foro global que trabaja con más de 100 países y promueve políticas para preservar las libertades individuales y mejorar el bienestar económico y social de las personas en todo el mundo.

 

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