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Invertir más en habilidades y promover el desarrollo regional es fundamental para hacer que el crecimiento económico de Panamá sea más inclusivo y sostenible

 

Ciudad de Panamá, el 6 de Julio 2018

El crecimiento económico de Panamá ha ayudado a reducir la pobreza, pero no ha beneficiado a todos los grupos de la sociedad ni a todas las regiones del país por igual, según un nuevo informe del Centro de desarrollo de la OCDE.

Según el Estudio Multidimensional de Panamá, el país es considerado como una de las economías más dinámicas de América Latina. El PIB per cápita de Panamá ha crecido a una tasa promedio de 5.5% anual, más rápido que el promedio de la región de 1.5%, atribuido principalmente al crecimiento económico estable del país. Como resultado de esto, los niveles de pobreza han disminuido en la última década. Al igual que en muchos países de América Latina, la desigualdad sigue siendo un desafío.

"Panamá está a punto de convertirse en una economía de altos ingresos. Aunque el crecimiento económico ha ayudado a reducir la pobreza, ha hecho muy poco para reducir la desigualdad. Esperamos que las recomendaciones basadas en evidencia que el informe propone ayuden a fomentar un desarrollo más inclusivo para todos los panameños", dijo Federico Bonaglia, Director Adjunto del Centro de Desarrollo de la OCDE, al tiempo que presentó el informe hoy en la ciudad de Panamá.
Los grupos más afectados son las personas en las áreas rurales, especialmente en las Comarcas, ya que es mucho más probable que vivan en la pobreza. Además, muchos de los que escaparon de la pobreza en los últimos años siguen siendo vulnerables y podrían retroceder en caso de una desaceleración económica. Por lo tanto, es esencial para Panamá garantizar una agenda de desarrollo sostenible e inclusivo.

Para mejorar las vidas de aquellos que permanecen en la pobreza y para consolidar la clase media, el gobierno debe enfocarse en crear más empleos formales, mejorar las habilidades de la fuerza de trabajo y fomentar el desarrollo de todas las regiones. Esto requiere promover la participación del sector privado a través de marcos normativos e institucionales sólidos para las alianzas público-privadas, así como un sistema tributario más eficiente y efectivo para proporcionar los recursos necesarios y aumentar la redistribución. De hecho, de forma similar al promedio de América Latina, los impuestos y la transferencia solo reducen el coeficiente de Gini en el ingreso del mercado en 0,02 puntos de Gini, mientras que en las economías de la OCDE disminuye en 0,16 puntos.

La economía dual de Panamá ha resultado en un mercado laboral dual, que a su vez explica en gran medida la vulnerabilidad de la clase media y la desigualdad de ingresos en el país. Por un lado, Panamá tiene un sector de servicios comercializable, moderno, fuerte y productivo que ha dirigido el reciente crecimiento económico del país. Este sector se compone principalmente de actividades intensivas en destrezas que crean relativamente poco empleo. Por otro lado, los sectores menos productivos: la agricultura y, en cierta medida, el sector manufacturero, en el que han proliferado los trabajadores por cuenta propia y microempresarios, ofrecen empleos de subsistencia e informales a la mayoría de los trabajadores.

Promover el progreso y la inclusión socio-económica requiere abordar la dependencia de la economía de pocos sectores formales, como la construcción, el sector financiero y las actividades del Canal. Fuera de esos sectores, alrededor del 40% de los trabajadores no agrícolas trabajan de manera informal, con baja calidad de trabajo, productividad y salarios. Para facilitar su transición a la economía formal, se necesita encontrar un mejor equilibrio entre la aplicación de la regulación laboral, la reducción de la burocracia y los costos administrativos que desaniman a las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) independientes de operar formalmente.

Otro obstáculo clave para mejores empleos es la ausencia de una fuerza de trabajo adecuadamente capacitada. Casi la mitad de las empresas formales panameñas reportan dificultades para encontrar a los trabajadores calificados que necesitan, en comparación con alrededor del 38% en los países de la OCDE. La economía necesita proporcionar a los estudiantes una gama más amplia de habilidades, mejor educación secundaria, así como capacitación técnica y vocacional y nuevos mecanismos para igualar la demanda y la oferta de habilidades del mercado de trabajo.

Del mismo modo, Panamá debería aplicar políticas de desarrollo regional más activas para estimular la inversión en todas las regiones, especialmente en las de bajo rendimiento. Esto significa diseñar nuevos planes de desarrollo regional, con la capacidad adecuada, incluso a nivel municipal, de mecanismos de financiación y sistemas de medición del rendimiento.

Finalmente, los ingresos fiscales deberían desempeñar un papel más importante en la configuración de la distribución del ingreso y el desarrollo del financiamiento en Panamá. En el 2015, los ingresos tributarios totales y las contribuciones a la seguridad social ascendieron al 16,2% del PIB, mucho menos que en las economías de la OCDE (34,3%) y América Latina (22,8%). Un sistema tributario más eficaz y eficiente mejoraría la redistribución del ingreso y proporcionaría recursos estables a largo plazo para financiar políticas sociales y productivas. Finalmente, Panamá debería adoptar e implementar nuevas normas para alianzas público-privadas con marcos normativos e institucionales sólidos.

Para obtener más información sobre los Estudios Multidimensionales de País (MDCR) de la OCDE, visite: http://www.oecd.org/development/mdcr/.
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Contacto OCDE: Sebastian Nieto Parra (+33(0)646450900 Sebastian.NIETOPARRA@oecd.org).

INFORMACIÓN DE ANTECEDENTES DEL MDCR PANAMA:

El Estudio Multidimensional de Panamá se compone de tres fases distintas: evaluación inicial (Volumen 1), análisis en profundidad y recomendaciones (Volumen 2) e implementación de reformas en las áreas clave identificadas (Volumen 3). Este segundo volumen ofrece una evaluación y hace recomendaciones para superar las limitaciones al desarrollo social y económico. El informe contiene recomendaciones de políticas detalladas y, sobre todo, la experiencia de la OCDE en promover la inclusión social a nivel regional, desarrollar mejores habilidades y aumentar los empleos formales, y mejorar el sistema impositivo, así como, mejorar la participación del sector privado para apoyar el financiamiento para el desarrollo.

La MDCR de Panamá es la tercera revisión de la OCDE en América Latina, después de Perú y Uruguay. El proceso de MDCR respalda la agenda de desarrollo de Panamá para lograr un mejor futuro para sus ciudadanos.

 

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