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¿Cómo va la vida? revela mejoras en el bienestar pero también una desigualdad persistente

 

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En general, durante los pasados 10 años la vida ha mejorado para muchos habitantes de los países de la OCDE, pero persiste la desigualdad y la inseguridad, la desesperación y la desconexión afecta a sectores importantes de la población; esto se afirma en un nuevo informe de la OCDE.

En el informe más reciente de ¿Cómo va la vida? (How’s Life?) se dice que el ingreso familiar disponible per cápita aumentó en más de la mitad de los países de la OCDE desde 2010. Las tasas de empleo subieron casi cinco puntos porcentuales en promedio para las personas de 25-64 años de edad (hoy, casi ocho de cada 10 adultos tienen empleo remunerado) y menos personas tienen un horario de trabajo muy prolongado.

La esperanza de vida aumentó en la mayoría de los países desde 2010, en tanto que el número de hogares que viven en condiciones de hacinamiento bajó. Las tasas de asesinatos se redujeron casi un cuarto desde 2010 y en general las personas se sienten más seguras en las calles. Asimismo, encuestas recientes sugieren que los habitantes de más de un tercio de los países de la OCDE se sienten más satisfechos con su vida, en relación con la manera como se sentían en 2013.

Si bien dos tercios de los habitantes de los países de la OCDE siguen expuestos a niveles de contaminación peligrosos, la calidad del aire está mejorando.

Pero la amplia información proporcionada en la publicación muestra que no todos los aspectos del bienestar han mejorado: el patrimonio medio del hogar y el rendimiento de los estudiantes escolares en pruebas internacionales de ciencias se redujeron, en tanto que la asequibilidad de la vivienda, la participación electoral y la desigualdad de los ingresos se estancaron desde 2010. Las personas ubicadas en el 20% superior de la distribución de ingresos aún ganan arriba de cinco veces más que quienes se encuentran en el 20% inferior. Más de uno de cada tres hogares de la OCDE muestran inseguridad financiera, lo cual significa que estarían en riesgo de quedar en condición de pobreza si tuvieran que prescindir de tres meses de sus ingresos.

Al presentar el informe el día de hoy en París, el Secretario General de la OCDE, Angel Gurría, comentó: “Las ganancias que observamos en bienestar son una fuente de optimismo, pero están desequilibradas dentro y entre los distintos países; además, permanecen en situación de riesgo, sobre todo en vista de los acontecimientos ambientales. La epidemia del coronavirus que ahora se propaga en tantos países afecta no solo nuestra salud, sino también nuestra vida social. A medida que los efectos económicos comienzan a afianzarse, también afectarán los ingresos y los medios de subsistencia de las personas. Eso aplica en especial a quienes tienen empleos precarios con pocos mecanismos de protección que los salvaguarden en caso de que no puedan acudir a su trabajo”.

“Es preciso que los gobiernos tomen medidas para proteger a los más vulnerables, tanto en términos de salud como de vulnerabilidad financiera. Para garantizar el bienestar futuro, no hay alternativa sino construir protecciones de largo plazo y prepararse contra los riesgos.”

En ¿Cómo va la vida? también se muestra un sentido de desconexión en las relaciones entre las personas y entre los ciudadanos y su gobierno. Según los datos disponibles, el tiempo que las personas dedican a interactuar con amigos y familiares bajó 7% desde 2010. Una de cada 11 personas dice que no tiene parientes o amistades con quienes contar en caso de necesidad. Si bien la confianza en el gobierno mejoró en promedio desde 2010, aún menos de la mitad de la población en los distintos países de la OCDE confía en sus instituciones.

El informe revela que 7% de los habitantes de los países de la OCDE reportan una muy baja satisfacción con su vida y uno de cada ocho experimenta más emociones negativas que positivas en un día común. El número de muertes por suicidio o grave abuso del alcohol y las drogas es mayor entre los hombres, pero en más de un tercio de los países de la OCDE las tasas de mortalidad por estas causas han ido en aumento entre las mujeres. En general, el número de estas “muertes por desesperación”, si bien representa un pequeño porcentaje de las muertes en general, es tres veces mayor que el de las debidas a accidentes en carreteras y seis veces mayor que el de las causadas por homicidio.

La OCDE desarrolló un marco de bienestar que cubre 11 dimensiones de bienestar: ingreso y patrimonio; empleo y calidad del empleo; vivienda; salud; conocimiento y competencias; calidad ambiental; bienestar subjetivo; seguridad; balance vida-trabajo; conexiones sociales y compromiso cívico. El marco también considera la desigualdad entre todas las dimensiones del bienestar, así como los recursos y factores de riesgo que conforman el bienestar futuro.

En el informe se plantea que los países donde el bienestar promedio es mayor en general tienden a ser aquellos donde la desigualdad es relativamente menor y donde hay menos pobreza. Los países nórdicos, Países Bajos, Nueva Zelanda y Suiza gozan de niveles promedio de bienestar mayores y menor desigualdad. En Europa del Este, América Latina, Turquía y Grecia, sociedades en las que la desigualdad es más marcada, se observan niveles más débiles de bienestar promedio.

Las mayores mejoras en el bienestar actual a menudo se han concentrado en los países que desde el inicio de la década han alcanzado gradualmente niveles equiparables, muchos de ellos ubicados en Europa del Este. En cambio, los recursos para el bienestar futuro —como el capital económico, natural y social— a menudo han experimentado un aumento de la brecha entre los distintos países de la OCDE: los de desempeño más alto se alejan aún más y en los que ya se encuentran en dificultades los problemas se acentúan.

Si bien las diferencias salariales de género se redujeron ligeramente en diversos países, las mujeres aún ganan casi 13% menos que los hombres y trabajan casi media hora más todos los días, si se toma en cuenta tanto el trabajo remunerado como el no remunerado (por ejemplo, las labores domésticas y las responsabilidades de cuidado).  La toma de decisiones incluyente sigue siendo una meta distante: las mujeres ocupan solo un tercio de los escaños de los parlamentos de la OCDE. Por su parte, los hombres pasan en promedio 40 minutos menos a la semana en interacciones sociales que las mujeres y es más probable que digan que carecen de apoyo social.

¿Cómo va la vida? también señala riesgos emergentes en todos los sistemas naturales, económicos y sociales que pueden amenazar el bienestar futuro. En 2018 el consumo del residente promedio de la OCDE generó menos emisiones de carbono que en 2010, pero utilizó más de los materiales de la Tierra: la huella material total de la OCDE aumentó 1.2 toneladas per cápita y llegó a 25. Solo 10.5% de la mezcla de energía de la OCDE proviene de fuentes renovables, y en casi la mitad de los países pertenecientes a la Organización miles de especies están en peligro de extinción. La deuda de los hogares en casi dos tercios de los países de la OCDE excede el ingreso anual disponible de los hogares y ha aumentado en un tercio de Estados miembros desde 2010.

En www.oecd.org/howslife pueden consultarse los perfiles de los países de la OCDE. La liga también incluye el informe ¿Cómo va la vida? Completo en inglés, así como información sobre la Iniciativa para una Vida Mejor de la OCDE.

Se invita a los periodistas que deseen mayor información a comunicarse con la División de Relación con los Medios (tel. + 33 1 45 24 97 00).

Trabajando con más de 100 países, la OCDE es un foro de política global que promueve políticas para mejorar el bienestar económico y social de los habitantes de todo el mundo.

 

 

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