OCDE-INADEM Seminario Interactivo sobre Mujeres Emprendedoras

 

Palabras de apertura de Angel Gurría

Secretario General de la OCDE

Ciudad de México, México, 21 de febrero de 2018

(Preparado para su distribución)

 

 

Secretario Guajardo, Distinguidos Invitados, Señoras y Señores:


Es un placer inaugurar el seminario interactivo Mujeres Emprendedoras: Aprovechar los Beneficios de la Digitalización y la Globalización organizado por la OCDE y el INADEM.

 

En este evento se han reunido algunas de las mentes más brillantes, los emprendedores más dinámicos y las personas de negocios más talentosas, no solo de México, sino del mundo entero. Han acudido con el fin de compartir sus conocimientos y aplicar su experiencia en el diseño de políticas públicas que permitan a las mujeres, y también a los hombres, convertir sus sueños y sus ambiciones en empresas prósperas. Esta es la vanguardia del crecimiento incluyente y sostenible, y necesitamos un plan de ataque. Ese es el resultado que esperamos obtener del hackatón sobre políticas públicas celebrado el día de hoy.

 

Nuestras sociedades y economías necesitan mujeres emprendedoras

La contribución de las mujeres emprendedoras a nuestras economías y sociedades es fundamental. Debemos aprovechar la creatividad, el dinamismo y la innovación de todas nuestras emprendedoras, así como de aquellas que aspiran a serlo. Es preciso que mujeres independientes diseñen productos y servicios innovadores, dirijan empresas y anticipen las tendencias y las necesidades del futuro.

 

Se ha avanzado mucho en este campo. En varios países de la OCDE, la tasa de autoempleo de las mujeres ha aumentado, lo cual es una noticia alentadora. Por ejemplo, en los Países Bajos, entre 2007 y 2016, el porcentaje incrementó de 8.5% a más de 12%. Por su parte, en el Reino Unido aumentó de 7.5% a casi 10%.

 

Los países apoyan el espíritu emprendedor de las mujeres mediante instrumentos como centros empresariales, programas personalizados de formación empresarial, garantías crediticias y microcréditos. También hemos sido testigos de nuevos enfoques de apoyo a mujeres emprendedoras en muchos países, por ejemplo, mediante programas que igualan inversiones del sector privado.

 

El Aspire Fund for Women in Business, fondo para mujeres de negocios del Reino Unido, ha co-invertido 12.5 millones de libras esterlinas en empresas de alto crecimiento encabezadas por mujeres. Asimismo, en Estados Unidos, la iniciativa “37 Ángeles” basada en competencias, imparte a mujeres emprendedoras seminarios y estudios de caso sobre lo que es la inversión ángel. El propósito es empoderar a mujeres inversionistas y aumentar la inversión en empresas de mujeres propietarias.

 

Estos avances son bien recibidos, pero aún afrontamos grandes retos para promover el emprendimiento de la mujer.

 

Las mujeres emprendedoras aún enfrentan grandes retos

Datos de la OCDE muestran que es menos probable que las mujeres sean empresarias que los hombres. Únicamente 10% de las mujeres de la OCDE son autoempleadas, en comparación con el 17% de los hombres. Las empresas propiedad de mujeres también tienden a obtener menos ingresos que las de los hombres. De acuerdo con el Estudio de la OCDE sobre Políticas de Género en México, Construir un México Inclusivo: Políticas y Buena Gobernanza para la Igualdad de Género, los ingresos del autoempleo son considerablemente menores para las mujeres y la brecha de ingresos entre hombres y mujeres autoempleadas es de casi 50%, una de las más grandes de la OCDE, donde el promedio es cerca de 33%.

 

Todavía queda mucho por hacer para solucionar los retos clave de los empresarios, tanto en el entorno regulatorio como en las políticas fiscales. Necesitamos reducir la burocracia para los emprendedores, dar una segunda oportunidad a los empresarios que enfrentan bancarrota comercial y asegurar que las políticas impositivas creen un terreno justo y en igualdad de condiciones para todos los empresarios. Algunos de estos obstáculos tienen un mayor impacto en las mujeres emprendedoras; por ejemplo, la manera en que funcionan los sistemas de bienestar y los regímenes de impuestos a la renta de los hogares.

 

Hay brechas generalizadas de financiamiento francamente inaceptables en los países de la OCDE. Por ejemplo, experimentos en Estados Unidos muestran que hay un 60% de probabilidad de que los inversores escojan una propuesta de negocios hecha por un hombre. Las nuevas empresas dirigidas por mujeres reciben en promedio 23% menos financiamiento que las de los hombres, incluso después de considerar las características personales y del negocio.

 

Además, las empresas dirigidas por mujeres tienen un carácter menos global, así como menor probabilidad de exportar sus productos y de participar en transacciones internacionales entre empresas. ¡Estos datos son escandalosos!

 

¡Debemos revertir estas tendencias! La igualdad de género no sólo es un derecho humano fundamental, sino también un factor imprescindible para asegurar que el crecimiento sea incluyente y que la globalización aporte beneficios a todos. La OCDE trabaja en muchos frentes para cerrar estas brechas y propiciar que las mujeres aprovechen las ventajas de la nueva economía.

 

Permítanme destacar tres áreas clave. 

 

La OCDE pone todo su empeño para empoderar a las mujeres emprendedoras


En primer lugar, es necesario combatir los nocivos estereotipos de género
. Éstos afectan a la autoconfianza y a sus decisiones profesionales. En los países OCDE, en promedio, menos de 20% de los nuevos alumnos de educación terciaria en TIC son mujeres. No es de extrañar que los hombres tengan mayores probabilidades de trabajar en la economía de plataforma y cuatro veces más probabilidades de ser especialistas en TIC. Hay que cerrar esta brecha. En el estudio de la OCDE El ABC de la Igualdad de Género en Educación, se recomiendan estrategias de enseñanza en el aula y formación de los docentes para eliminar los estereotipos. Por otra parte, la OCDE colabora intensamente con México por medio de nuestra iniciativa NiñaSTEM PUEDEN para empoderar a las niñas mexicanas y promover que estudien carreras en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Gabriela les hablará más sobre este tema.


En segundo lugar, tenemos que dotar a las mujeres emprendedoras de un conjunto de competencias adecuado.
Solo 37% de las mujeres de los países de la OCDE creen que cuentan con las competencias requeridas para abrir una empresa, en comparación con el 51% de los hombres. En el estudio de la OCDE The Missing Entrepreneurs y en el informe conjunto de la OCDE y la Unión Europea Policy Brief on Women’s Entrepreneurship se ofrecen análisis y recomendaciones para desarrollar programas de formación empresarial y tutorías personalizadas. Estas recomendaciones han sido aplicadas en algunos estudios específicos de políticas, como en Irlanda y Alemania.


En tercer y último lugar, pero no por ello menos importante, es preciso garantizar que las emprendedoras tengan acceso a los recursos financieros que requieren para realizar su potencial.
En el caso de México esto implica reducir la informalidad y promover la inclusión financiera. En el Documento de Trabajo de la OCDE de 2017, Working Paper on Financial Inclusion and Women Entrepreneurship in Mexico, se concluyó que en promedio y en comparación con los hombres, las mujeres tienen cerca de 56% menos probabilidades de ser emprendedoras en el sector formal y 63% más probabilidades de serlo en el informal.

 

En el Estudio Económico de México 2017 de la OCDE se recomienda aumentar el alcance de los programas públicos actuales que facilitan el acceso a crédito con tipos de interés bajos para PYMEs propiedad de mujeres. También se destaca la importancia de acompañar a los planes de financiamiento focalizados con medidas para aumentar competencias, como formación financiera y acceso a redes de apoyo, entre ellas tutoría y asesoramiento o consultoría profesionales.

 

Señoras y señores:

Para apoyar a las muejres emprendedoras, “Debemos elevar tanto el techo como el piso”, estas palabras de Sheryl Sandberg, una de las voces más influyentes en el mundo de los negocios me parecen apropiadas. No se trata únicamente de eliminar obstáculos para el emprendimiento femenino; nuestras sociedades también necesitan empoderar a las mujeres en las mismas formas en que lo han hecho con los hombres. Se trata de dotarlas de las competencias, las redes, el acceso al financiamiento y el capital que necesitan para convertir sus ideas en negocios viables y prósperos.

 

Esta es una de las tareas particulares más importantes que puede realizar un país. Para darles una idea, aquí en México, cumplir con el Objetivo del G20 (reducir 25% la brecha de género en la participación en la fuerza laboral en 2025) podría impulsar el crecimiento del PIB per cápita acumulado del país en casi cuatro puntos porcentuales durante el periodo 2013-2025. Si México redujera a la mitad la brecha de género, ¡esto podría generar un aumento acumulado de 8.7 puntos porcentuales!

 

Con estos números empezamos a comprender el potencial desaprovechado y frenado por la discriminación, así como el impacto transformador que la igualdad y la inclusión podrían ejercer sobre nuestras economías y sobre la vida de nuestra población.

 

Por tanto, hay mucho en juego, pero estoy convencido de que con luces brillantes como las de ustedes alumbrando el camino, encontraremos las soluciones. Muchas gracias.

 

 

 

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